Bebé por Siempre

Si te impresionó la historia de Benjamin Button, que nace siendo un anciano y se convierte en un bebé, te quedarás totalmente shockead@ al conocer la historia real de Brooke Greenberg, una adolescente de 15 años de Baltimore, cuyo desarrollo se detuvo al cumplir un año de edad.

Investigadores de la Escuela de Medicina Johns Hopkins que hacen seguimiento del caso afirman que Brooke no padece ningún síndrome genético o anormalidad cromosómica conocidos. Se cree que el DNA de la niña no incluye el código de envejecimiento que tienen todos los seres vivos.

Más allá de las explicaciones científicas que los investigadores den al curioso caso de Brook Greenberg, surgen muchas reflexiones sobre el significado de la vida, sobre todo si tienes la oportunidad de conocerla. El Maestro Ruffus Baldur, uno de los warlocks más poderosos de la World Psychic Sorcery Secret Society, tuvo acceso al caso de la joven Greenberg y la vio en acción, como cualquier bebé que gatea; pero también visualizó y analizó su perfil kármico. He aquí los comentarios del Maestro de Poder Baldur: "En un primer momento Brooke parece una niña normal de un año en su carreolita; pero si se le observa con detenimiento, en realidad no tiene los rasgos faciales de un bebé, sino de una anciana. Debo aceptar que contemplar a Brooke en brazos de su hermana menor, también adolescente, me impresionó porque al visualizar las vibraciones kármicas de las dos chicas confirmé que la esencia espiritual no tiene edad y que el Universo le juega ciertas bromas crueles a quienes habitamos la dimensión material, también llamada por los gnósticos la dimensión del Fuego Oscuro.

Brooke es en sí misma un espíritu condenado atrapado en un cuerpo infantil eterno. Los médicos creen que ella podría morir en su cuerpecito infantil; pero no se descarta que la chica empezara en un momento dado a crecer en un tiempo que no se mida por años terrestres y que si cada año suyo equivale a veinte años humanos (por dar un dato prospectivo), entonces estaríamos ante el ejemplar de una estirpe similar a la humana, probablemente no conocida por nuestros contemporáneos.

Por supuesto, el karma de sus padres es impresionante también porque nadie en su ordinario juicio humano querría que su hijo o hija fuera eternamente un bebé. El dilema planteado en la película del curioso caso de Benjamin Button toma gran fuerza en la historia de Brooke Greenberg, que todavía está en la dentición y no hace esfuerzos todavía por hablar; pero estar frente a ella, que hoy debería estar saliendo a bailar con chicos de su edad, es una lección kármica muy fuerte, que nos confronta con los misterios de la vida y de la muerte. Los médicos aseguran que sus procesos mentales son exactamente los de un bebé de no más de 13 o 14 meses. ¿Por qué se detuvo el tiempo para Brooke? <<>>


...