Salvemos a las Salamandras Planetarias Mágicas


Salamandras, axolotls y un gran número de ranas y otros anfibios del planeta Tierra están en peligro de desaparecer por la depredación de los ecosistemas y el calentamiento global.

Ejemplares extraordinarios como una gigantesca salamandra china que tiene como antepasados directos a los Tiranosaurus Rex, extintos hace más de 60 millones de años, se halla entre las especies que desde 2008, científicos de todo el mundo glosaron para pedir medidas de protección de manera urgente. No sólo porque en sí mismas son un tesoro que ha brindado la Naturaleza a nuestro planeta, sino porque de su silenciosa presencia depende la calidad de vida de todo lo existente en la Tierra, incluidos los seres humanos.

 Entre las especies en peligro de extinción están diferentes variedades de salamandras, animales ancestrales considerados como mágicos en muchas culturas por sus características y forma de vida.

Ahí está la minúscula Proteus Anguinus, también llamada salamandra de Olm o pez humano, porque se asemeja a un embrión de unas cuantas semanas, que es ciega, tiene una glándula pineal altamente desarrollada - que tradicionalmente se asocia al sentido psíquico -, y que vive hasta cien años al tiempo que puede mantenerse hasta una década sin alimento.

Otras especies que requieren salvación urgente son las salamandras gigantes asiáticas (Andrias davidianus de China, y Andrias japonicus, de Japón) que pueden llegar a medir casi dos metros y vivir también cerca de un siglo.

 Dicen quienes han visto esta especie que su aspecto es seductor y los científicos que la hallaron por primera vez en el siglo XVIII la confundieron con el cuerpo de un humano que se ahogó en el Diluvio Universal.

 El axolotl mexicano, junto con otras especies de la región mesoamericana, es otra salamandra en peligro de extinción que forma parte de las leyendas prehispánicas sobre la capacidad de algunos seres místicos, y los brujos que aprendieron de ellos, a desarrollar poderes sobrenaturales.

SALAMANDRAS MÁGICAS

Cientos de leyendas en todo el mundo se han tejido alrededor de las salamandras, de las cuales se dice que fueron creadas del Fuego. De hecho, la palabra salamandra significa originalmente en persa “dentro del fuego”.

 Plinio dijo algo así como que “La salamandra tiene la sangre tan fría que las llamas no la dañan en absoluto y sólo ella es capaz de extinguir el fuego por contacto”.

 Ya en la tiempos de la prehistoria humana, los grandes Magos de Linaje decían que las salamandras eran serpientes que tenían el poder de transmutarse en dragones y casi todos los relatos hablan de su rara e infrecuente aparición ante la vista de los humanos.

La salamandra está íntimamente asociada con el Ocultismo. Paracelso la identificó como Espíritu elemental del Fuego, pues comparte su esencia: es inquieta, movediza, crepita, arde y se consume para volver a surgir inesperadamente donde menos se espera. La salamandra, como el Fuego, puede dar calor vivificante o reducir a cenizas.

Desde la época medieval las salamandras y sus secreciones se usaron para Magia y como afrodisíacos e invocarlas en conjuros y rituales de hechicería para la pasión y la destrucción de los enemigos es muy efectivo.

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